IGNACIO CERVERA
HETEROFOBIA Y MARICAS
¿Se te ocurre alguna razón por la que un marica pueda odiar a los heteros? Hermana quédate que esto te interesa. De marica a marica (y sino…pues lo que seas) hoy vengo a hablar de maricas y heterofobia desde un punto mi punto de vista de psicologo marica rural cis blanco. A partir de esto, por fa, hacerme el favor de centraros en lo importante del tema que hablamos que es la heterofobia y no en como escribo que tantos matices me dan pereza. Please use common sense.
What is la heterofobia? Official Version
Lo cierto es que el consenso en torno a la definición está lejos de lograrse. Hay una definición que describe el término como “rechazo a lo distinto y lo desconocido” y, como el resto de discriminaciones, iría desde un grupo mayoritario y con más privilegios (opresores) hacia uno minoritario y con menores privilegios (oprimidos). Hay otra definición más concreta que habla del “miedo o fobia al sexo opuesto”. Si has visto FRIENDS y recuerdas a Koothrappali (un hombre de nacionalidad india) que siempre pierde la capacidad de hablar delante de una mujer podríamos decir que es un ejemplo de esa definición.
Lo que es la heterofobia para nosotres.
Cuando los maricas usamos la palabra heterofobia o hacemos alusión a heterofobia, en general hacemos referencia a una actitud de rechazo hacia la expresión de género masculina más rancia y tradicional en un hombre (con las mujeres no solemos usar el término). Por ejemplo, estoy con mis amigos heteros del pueblo (si, soy de pueblo) bailando en la verbena de las fiestas patronales y ellos están tiesos sin moverse. Yo pienso que se debe a que “no vaya a parecer que disfrutan bailando aunque es lo que harán dentro de dos horas cuando lleven 4 cubatas”. Les digo: “De tan heteras os pasais el juego, sacaros el palo del culo y bailar por favor”. Y me pregunto, ¿es esto heterofobia? ¿estoy ejerciendo una opresión desde mi privilegio de marica rural sobre mis amigos hetero-básicos?
¿Cómo desarrollamos esa actitud de rechazo hacia los heteros?
Existen distintas hipótesis que os explico a continuación:
En primer lugar, a los maricas nos machaca una sociedad heteropatriarcal acerca de cómo debemos comportarnos para encajar dentro de la expresión de género de los hombres. Cada vez que se nos ha ido un poco una mano, la pluma sale a pasear (que rancio suena todo ya) cada vez que nuestro entrono ha ejercidido una actitud punitiva sobre nuestra forma de ser o de hacer ha intentado eliminar eso que nos hace diferentes a lo normativo, a lo hetero. Pero estamos en un momento en que la pregunta es ¿pero yo para que cojones quiero encajar en eso de parecer hetero si el feminismo nos está dando por todos lados a TODOS los hombres precisamente por actitudes como esa? Creo que aquí se genera el primer punto de conflicto en el que esos atributos “positivos” de la expresión masculina tradicional y hegemónica ha ido dejando paso a otra forma de expresarse más amable, diversa y flexible a la cual no le mostramos tanto rechazo.
En segundo lugar, más allá del moldeado que la sociedad y los valores tradicionales acaban imponiendo en todos sus individuos, lo cierto es que existen muchas personas cuyos contextos de vida han sido putos infiernos. A mi no me hicieron bullying, pero a muchos otros integrantes del colectivo les han destrozado como mínimo las infancias y adolescencias. Cuando a una persona que ha sido objeto de tanta homo/bi/trans/etc-fobia es normal que se sensibilice ante ese estímulo que son sus agresores y sus contextos como la escuela, determinados espacios, etc. Esos agresores que pueden tener un estereotipo de niñato, chulo, burlón y agresivo que te intimida y amarga la existencia. Todas esas cualidades que ellos sí que representaban y se corresponden adecuadamente con su expresión de genero de hommo-niñato y que además era premiada por su contexto social, familiar o educativo el cual le proporcionaba un entorno seguro en el que poder seguir oprimiendo a los diferentes y no tan privilegiados como él/ellos. Cuando hemos crecido habiendo sufrido semejantes heridas se producen secuelas psicológicas que bien pueden aparecer en forma de actitudes de rechazo hacia esos opresores, los niñatos, pero también se produciría hipotéticamente una generalización de ese reducido estímulo inicial a muchos otros estímulos fruto de la propia experiencia del sujeto en su historia de vida y aprendizaje.
Imaginemos que esa persona que ha sufrido el bullying o experiencias negativas similares y ha crecido. Y mientras crecía, ha visto cómo estos opresores han crecido, ha visto a los referentes de sus opresores, quienes les apoyan, cómo actúan su entorno, cómo se visten, qué perfumes se ponen, tal vez usan el desodorante de AXE (red flag de manual). Y ante todos estos estímulos, la persona emite una respuesta de rechazo. La persona está actuando en base a una posible interpretación negativa e incluso distorsionada y sobre dimensionada de ese estímulo. Por ejemplo, estoy en el baño del gimnasio y veo como un hombre con una expresión de género muy masculina y tradicional se pone AXE y ya solo verlo uno puede pensar “pff que asco, seguro que irá de machito por la vida y es gilipollas”. Este pensamiento distorsionado tiene unos cuantos errores de pensamiento: está dando por hecho algo que no sabe porque no le conoce en absoluto “es gilipollas”, está asumiendo el pensamiento como algo cierto “seguro que”, está vaticinando el futuro antes de que se produzca “irá de machito”. Todo esto que puede parecer gracioso no lo es tanto porque para la persona que lo piensa le legitima a actuar de forma coherente con su pensamiento, es decir, rechazar a esa persona que no ha hecho absolutamente nada en contra de él. Es posible que esto desemboque en respuestas involuntarias como sentirse nervioso en ese espacio, taquicardia o sudoración, tener ganas de irse del lugar. Más pensamientos distorsionados del estilo: “si supiera como soy o lo que hago me rechazaría” o incluso recuerdos desagradables de aquellos momentos en los que fui una víctima o como me sentí. Y esto sí que está interfiriendo en la vida de esta persona además de desarrollar conductas de evitación de estas situaciones como por ejemplo: no ir solo a determinados espacios en los que hay hombres heteros, evitar vestuarios, evitar bares, evitar espacios deportivos o de ocio. La putada es que al no verlo como algo que puede tener consecuencias no deseadas en la vida de uno, uno no tiene ningún motivo para cambiar.
En consulta he visto casos en los que la mera presencia de estos hombres heterosexuales hace que algunos maricas emitan una respuesta de ansiedad muy elevada e intensa impidiendo llevar a cabo una interacción adaptativa y libre de sufrimiento. He visto como no se percibe como problemático porque no solo se piensan que llevan razón en sus creencias si no que además se rodean de toda una cantidad de amigues que les reaseguran en sus creencias desadaptativas que están manteniendo las respuestas de ansiedad e impidiendo que la persona haga una vida normal. He visto como una persona de colectivo se abalanza sobre la valla de un partido de fútbol lleno de niñatos y les insulta sin ningún tipo de provocación sintiéndose muy legitimade a hacerlo. Y esto, además de ser una agresión heterófoba puede conllevar consecuencias psicológicas muy negativas pues el odio no es gratis. El odio es una emoción que consume muchos recursos cognitivos, rapta nuestra atención y la dedica a maquinar cómo destruir aquello que no debería estar donde está y se interpone en mis objetivos. Pero la vida no va de esto cari. Mola más no tener que vivir con ansiedad cuando veo un niñato que me ignora o un señor con un AXE en el gimnasio. No son una amenaza real. Is all in your head.
El consejito de tu "psicomarica".
A veces es jodido darse cuenta de que si bien NO fuimos responsables de ser la víctima de una agresión, si somos los responsables de buscar la forma de ser más flexibles en nuestra forma de ver el mundo. Es normal sentir ansiedad pero no es normal que aparezca sin una amenaza real. Esa desconexión con la conciencia, con la capacidad de darse cuenta de todas aquellas interpretaciones que hacemos del mundo en el que vivimos. Esa expectativa de rechazo por parte de esos hombres heteros por ser lo que somos, orgullosos maricas. Esa excesiva evitación de espacios en los que hay hombres heteros. Todos estos elementos contribuyen a fomentar la heterofobia. Pongamos atención a ello y a en qué medida fomentamos un discurso de odio sutil bajo la ironía y el jijijaja por la broma, y en el fondo no es más que una excusa para no hacerse responsable de uno mismo. Si bien esto llevado de forma sana puede ayudar mucho al conocido como estrés de minorías que muchos de nosotros sufrimos por pertenecer a una minoría oprimida. Galanes…hacer un balance consciente de desde donde hago uso de esa heterofobia ¿hay odio? ¿hay distorsión en mi pensamiento? valorar en qué me favorece y perjudica, ¿dónde está el límite para tí?