1.- ¿A qué edad fuiste madre y qué sexo preferías?
He sido madre dos veces y la primera fue a los 28. Recuerdo mucho lo que la gente preguntaba, ‘Y ya lo sabes si es un niño o una niña’, y lo que yo deseara tampoco era tan relevante. No puedo conectar con el sentimiento de desear un niño o una niña. Puedo conectar con el sentimiento de querer tener un hijo, hija, hije; pero no he deseado que fuera un niño ni he deseado que fuera una niña.
2.- ¿Qué te pasa con la carga o expectativa que ponen los padres sobre los hijos?
Cada uno en su casa hace lo que quiere. Yo entiendo que ser madre es acompañar un proceso y una parte de ello es estar pendiente de romper mi expectativa. Creo que hay un determinado tiempo durante la vida en la que los niños y niñas funcionan porque los estamos llevando. Pero hay otro momento en la que hacen su planteamiento sobre qué quieren ser, hacia dónde quieren ir, qué les gusta. Entonces, por mi trabajo tambien, veo una cantidad de chicos y chicas que lo que han hecho para proyectarse en la vida es continuar el proyecto que tenían de los padres. Tengo la percepción de que, muchas veces, no se sienten protagonistas de su vida y no porque los padres condicionan sino porque el adolescente le resulta fácil acomodarse ahí. Porque cambiar, construir, romper, producir tu proyecto también es difícil. Porque tienes que dar un paso fuera, tienes que salir del huevo y hay una serie de cosas, pues, que las tienes que vivir para definirte.
3.-¿Cómo supiste que tenías un niño trans?
Bueno, en mi caso fue en diciembre del año 2022. Mi hijo, tenía 12 años y una tarde me dijo que qué me parecía si salíamos a tomar un café juntos. Claro, cuando una personita de 12 te dice eso piensas ‘vale, aquí viene chicha’. Entonces, nos fuimos a tomar un café en una terraza del pueblo y él abiertamente me dijo, ‘Bueno, tengo que decirte que yo quiero vivir como un chico… que yo soy un chico trans y que quiero que sepas que ya he elegido un nombre y a partir de hoy me gustaría que me trates en masculino y por el nombre de Leo’. Y eso es un poco lo que fue. Porque creo que en ese primer acercamiento la situación no da para ir más allá. Por lo menos a mí no me dio para más. A mí me dio para escuchar, asentir con la cabeza y ya está. Mi respuesta fue recoger todo lo que me estaba diciendo, pero era incapaz de dar una respuesta a algo de lo que me estaba diciendo.
4.-¿Te la veías venir?
Las drogas en general son des inhibidores de la personalidad. Hay gente que las utiliza para poder extender las prácticas sexuales o de ocio, aumentar las sensaciones corporales y que las relaciones íntimas tengan otro matiz, se sientan más intensas. Su uso no está mal, el problema es cuando se convierte en una necesidad, y uno empieza a pensar que no puede tener sexo ni divertirse sin ellas. Estas sustancias ayudan a estar mucho más en el cuerpo y se utilizan para poder tener la sensación de conectar mejor con otras personas y con su propio cuerpo.
5.-¿Cómo ha sido la relación de la reacción de los familiares directos?
Bueno, de entrada es algo que descoloca muchísimo a todos los familiares y los que están alrededor y que necesitan un tiempo para ver cómo recolocarse en relación a esta niña, que fue su nieta, su prima, su hermana y que no lo va a ser más. Hay incluso quien habla de hacer como una especie de duelo. En mi caso no lo he necesitado. Pero sí que hay un proceso de adaptación en una realidad nueva, que la tienes muy cerca, que es algo absolutamente diferente, que es un chico, que es Leo. Y en el momento en el que no les sale el nombre, pues a Leo quizás eso le molesta y le frustra. Eso alimenta también un debate en cuanto a... ‘Bueno, Leo, pero tienes que entender que hay que ser generoso. Porque tú a lo mejor cuentas algo a lo que llevabas siete meses dándole vueltas y no me lo habías compartido. Pero en la familia necesitamos un tiempo para adaptarnos a esto, tienes que ser generoso’.
6.-Hay una corriente de pensamiento que afirma que la transexualidad es una moda o un juego ¿Cuál es tu opinión al respecto?
¡Ojalá fuera un juego el género, ojalá! Ojalá no tuviéramos que obligar a nadie y decirle desde pequeñito tienes que elegir una puerta del baño. ¿Por qué? ¿Por qué no podemos empezar construir espacios en donde sea más habitable que no haya una marca de género para vivir ese espacio, que no tengas que estar identificado con ser un tío o una tía? Pero desgraciadamente los espacios que quedan entre ser un hombre y ser una mujer son poco posibles todavía a día de hoy. A las personas que piensan que esto es un juego, les diría que la existencia trans y de una vida trans no es una moda, es una posibilidad real y es una posibilidad de una vida vivible y que, les guste o no, esa es una opción que está ahí y que -de hecho- ya no es les guste o no sino a pesar de que no les guste cada vez hay más personas que optan por hacer una transición y por vivir en un género que no es en el que nacieron.
7.- ¿Cómo es atravesar una transición en Mallorca? ¿Cómo lo vives tú?
Podría hacer una reflexión sobre el lugar donde vivo, Esporles. Una especie de aldea gala en Mallorca, es un pueblo gobernado con mirada de izquierdas, verde, ecologista y progresista. La realidad es que, en el camino de la transición de Leo, he vivido bastante silencio. Nos conocemos todos y nos saludamos con todo el mundo. Siempre me habían preguntado por mis hijas, pero desde que tengo un chico que es trans y que es muy evidente para todo el mundo, pues ya no me preguntan. Me preguntan qué tal mi hija (lamayor), cómo lleva la carrera, pero no me preguntan por Leo. No sabría contestarte si es rechazo, sí te diría afirmativamente que ese silencio refleja su incomodidad. Alguna persona ha dejado de saludarme después de toda la vida de conocernos en el pueblo con hijos de la misma edad y demás. Bueno, me estoy dando cuenta de que ese silencio seguramente también significa algo. Yo aunque no me pregunten, digo pues que Leo también está bien. Soy yo la que provoco la conversación sobre él, la cual antes sí que era automática, que me preguntaran por mis hijas. Que algo tan automático de repente desaparezca y se convierta en una pregunta en singular también es muy significativo.
8.-En cuanto a los organismos oficiales, ¿crees que está preparado para afrontar la vida de las personas trans?
En cuanto al tema burocrático, yo creo que se ha cumplido bastante bien con lo que decía la ley. En cuanto a la atención del sistema sanitario o la atención psicológica ahí la cosa quizás se complica un poco más. Parecería que tú vas a preguntar por los efectos secundarios de cierta medicación y dicen que igual todavía no hay estudios científicos. Hay que decir también que tuvimos la gran suerte de dar con una ginecóloga que participa en un comité trans a nivel estatal y que está muy puesta en el tema. Por suerte hay personas que van acomodando las cosas en base a la experiencia que van teniendo con los usuarios.
9.-¿Te ha cambiado en algo acompañar la transición de tu hijo?
Me cambiado y mucho. He aprendido muchas cosas desde diciembre de 2022, acompañándole, escuchando conferencias, yendo a charlas, leyendo mucho, investigando. Cuando vas complejizando empiezas a hacerte preguntas. Llegué a plantearme algo que no me había preguntado nunca, por ejemplo ¿qué es lo que hace que yo sea una mujer? ¿Por qué soy mujer? Porque eso es fundamental. Es decir, esto lo ha construido alguien. Entonces, cuantas más personas tengamos en este espacio común que rompen la norma y que hagan otras cosas respecto del género y ojalá respecto de muchas normas, mejor. Porque el espacio de la transgresión es ese espacio que sirve para aprender. Y en cuanto a los temas de género, es muy importante que ese espacio sea visible, que exista y que haya gente que rompa con esas normas para que sea posible, para que esa gente exista. ¿Quién dice a quién le pertenece el espacio de la masculinidad y el espacio de la feminidad? ¿O dónde empieza y dónde acaba? ¿O por qué no hay un espacio en el medio? ¿El llenar los espacios de diferentes referentes de masculinidades y feminidades? Eso es muy interesante y muy necesario.
10.- Te desafío a puntuar tu trabajo como madre.
No creo que no puedo puntuar eso. Si quieres, te propongo la reflexión con la que estoy en sintonía y es el pensar que ‘cada uno hace lo que puede con lo que tiene’; me gusta mucho pensar las cosas así. Porque también es algo muy compasivo, muy optimista de creer que es lo mismo tú que yo. Con lo que tenemos, vamos a hacer lo que podemos. Y eso es lo buena y lo mala madre que yo soy. ‘Y que hago lo mejor que puedo con lo que tengo’. Esa es mi puntuación. Creo que cuando decides tener un hijo, a lo que te lanzas en el mundo es acompañar a una personita. Entonces, para mí se trata de eso, es decir, estoy acompañando a mi hijo, intento hacerlo lo mejor que sé y que puedo y lo único que tengo bastante claro es que no tengo que ir delante de él nunca, yo estoy a su lado. La iniciativa es suya. Entonces, ese es mi lugar, estar ahí a su lado.
11.-¿Qué es lo que sientes cuando miras a tu hijo?
Hombre! Si yo digo que estoy muy orgullosa no le va a sorprender a nadie. Pero sí. Estoy contenta, estoy orgullosa, pues veo inquietudes que incluso traspasan cosas adolescentes, de implicación, de activismo, de reivindicación. Y bueno, pues a mí eso me dice cosas muy positivas sobre mi hijo. No sólo está colocado en un momento de la vida en el que los jóvenes piensan en sí mismos, para su ombligo y para su grupo gregario de amigos. Pues eso, me hace muy feliz.